El VIH realmente no es la causa real del SIDA, de hecho ni siquiera existe, La enfermedad del siglo realmente es causada por agentes estresantes inmunológicos e inmunotóxicos, El VIH se puede considerar la mentira del siglo, que realmente fue un invento del R. Gallo, para frenar las especulaciones de las cientos de muertes que ocurrían en EE.UU. El SIDA por consiguiente es curable tratándose de la manera adecuada, a continuación explicaré los orígenes de la mentira del siglo, las teorías, y las formas de tratamiento efectivas que logran curar esta Enfermedad.
El VIH… invento del hombre
Era el año de 1984, una ola de pánico recorría el planeta como si se tratara de un caballo apocalíptico que cabalgaba sobre la constante información que los medios de comunicación divulgaban día y noche. Al gobierno estadounidense le urgía frenar el escándalo generado por las muertes de cientos de norteamericanos en todo el país -principalmente en las ciudades de San Francisco y New Jersey- a causa de que los sistemas inmunológicos de estos enfermos dejaban de funcionar llevándolos a un horrible estado de deterioro físico jamás visto antes en otra enfermedad; además, en este caso, sin que la medicina “moderna” tuviera explicación alguna. Hasta ese año se creía que sólo la población gay del planeta estaba en problemas ya que eran principalmente personas con preferencias homosexuales las que enfermaban por miles. Acababa de nacer una enfermedad nueva cuya característica era la inmunodeficiencia, se le bautizó con el nombre de SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Como el nombre lo indica, los médicos que bautizaron a esta enfermedad y que seguían sin saber a ciencia cierta el origen del SIDA, desde el principio “supusieron” que el motivo para que una persona comenzara a enfermar y desarrollara “inmunodeficiencia” era “adquirirla”, es decir, que cabía la “posibilidad” de que existiera un agente transmisor del SIDA. Las cifras indicaban que para finales de 1993 la presencia de casos de SIDA se había reportado en 33 países; en E.U. se decía que existían 3000 casos de los cuales 1,283 habían muerto. El misterio envolvía a esta nueva enfermedad y por más que se trataba de encontrar su origen, los esfuerzos de miles de médicos en todo el mundo parecían en vano, se había iniciado la guerra entre las elites de la medicina mundial por obtener el reconocimiento de ser quien descubriera el origen del SIDA, y ésta guerra había desatado a su vez una carrera de ambiciones y egos entre varios grupos de médicos y laboratorios que se peleaban por encontrar una respuesta “científica” a qué era lo que estaba causando que las personas desarrollaran inmunodeficiencia o SIDA. Todo esto sucedía mientras la nueva “epidemia” seguía cobrando vidas en todo el mundo a ritmo cada vez más acelerado como si realmente se tratara de un caballo apocalíptico. Mientras esto sucedía en el planeta, en los E.U. las presiones políticas y sociales eran cada vez más intensas sobre el equipo de médicos del gobierno encargados de la investigación, fue así, bajo este panorama de presiones y una enorme cantidad de intereses económicos creados, que en ese mismo año de 1984, el 24 de Abril, un doctor de nombre Roberto Gallo, con el apoyo de las autoridades de salud norteamericanas, convocaron a la conferencia de prensa que dio nacimiento al mito del virus VIH. En esta apresurada y casi obligada conferencia de prensa llevada a cabo en el NCI (National Cancer Institute), éste médico anunciaba que por vez primera en la historia de la medicina moderna, ÉL había logrado “aislar” al virus que según se había descubierto, era la POSIBLE causa del SIDA y que al virus resultado de su investigación se le había dado el nombre de HTLV-III; es decir, el Dr. Gallo declaraba que por fin se había descubierto que un virus era el que daba origen a la enfermedad del SIDA. De esta forma arbitraria y por iniciativa propia, Gallo decretó existente a este nuevo virus sin haber tenido una comprobación científica con el mismo resultado y sin dar seguimiento a una investigación protocolaria completa; si se revisa a fondo la información sobre su investigación se podrán descubrir varios “huecos” u omisiones en los procesos que se siguieron previos a la conferencia de aquel día. Gallo sabía esto y sabía también que en realidad el virus no había sido aislado jamás en un laboratorio, lo que él y su equipo habían encontrado en sus investigaciones no tenía el suficiente sustento científico para ser validado por la ciencia médica mundial como el verdadero descubrimiento de un nuevo retrovirus, como se hace siempre que algún médico del planeta descubre algo. Cada vez que alguien realiza algún descubrimiento en el mundo de la medicina, éste se somete a análisis por la comunidad científica del planeta a través de publicaciones en revistas especializadas y teniendo congresos internacionales para discutir los resultados de dichas investigaciones y sólo después de confirmar toda la información se difunde como algo cierto. Sin embargo el Dr. Roberto Gallo con este acto irresponsable de realizar una conferencia de prensa y anunciar algo no comprobado, violó toda la metodología y el protocolo médico reconocido y creado por la propia comunidad médica mundial que se aplica para las investigaciones que estudian las enfermedades de cualquier tipo. Pero ¿por qué hacer algo así? Casi nadie sabe que al día siguiente de esta conferencia de prensa el “intachable” Dr. Gallo presentó ante las autoridades norteamericanas la solicitud de patente para la elaboración de los “test” que detectarían los anticuerpos del virus que él había descubierto. Al poco tiempo, la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos aprueba la patente de Gallo justo cuando los primeros ‘kits’ para estas pruebas de sangre se encuentran listos para salir al mercado. Si se analiza bien, no se necesita ser un genio para poder vislumbrar las razones por las que se realizó tal conferencia de prensa: DINERO… Todo fue por dinero y por querer obtener a como dé lugar el prestigio y reconocimiento del mundo médico. Por si esto fuera poco, y como muestra del comportamiento de algunos “hombres de ciencia”, resulta que a finales de ese mismo año y a manera de reacción iracunda, los Laboratorios Pasteur de Francia al ver el éxito en las ventas de las pruebas de detección de Gallo, presentan una demanda al NCI reclamando parte de las utilidades generadas por la venta de los test para VIH argumentando que el Dr. Gallo había ROBADO el virus de sus instalaciones. ¿Qué virus se habrá robado Gallo si todo indica que jamás ha sido aislado? ¿En que planeta vivimos por el amor de Dios?… Esto es repugnante y nos deja ver una pequeña parte de toda la verdad oculta en la historia que conocemos detrás del VIH desde 1984. Pero no se debe creer que Gallo solo logró imponer su mentira, resulta que para terminar de “apuntalar” la afirmación sobre el nuevo virus, y a manera de “señal” para todo aquel que quisiera retar a la versión de Gallo, la secretaria de Salud y Servicios Humanos del gobierno norteamericano, Margaret Heckler, declara en una entrevista a los medios de comunicación que “confiaba que ésta sería una breve epidemia”, o sea que el gobierno norteamericano aceptaba oficialmente la existencia de una epidemia por la existencia de un virus asesino, y para rematar, en otra parte de esa entrevista dijo que “se tendría una vacuna para el virus y una cura para el SIDA antes de 1990″. Señal inequívoca de que ya se había echado a andar la maquinita que les dejaría cuantiosas ganancias a ciertos laboratorios. Sin duda alguna para ese entonces, el dinero ya invertido durante varios años en investigación de la teoría viral ya tenía bastantes ceros en las chequeras de los inversionistas y los intereses de ciertas compañías de laboratorios que fabricarían las vacunas y las pruebas de detección para el tan buscado virus se convertían cada vez más en un factor de importancia y de presión para que se dieran resultados a la opinión pública mundial confirmando que ya se había encontrado al “enemigo a vencer”. Esta situación y la urgencia del gobierno norteamericano por tenerle respuestas a quienes habían puesto toneladas de dinero en esas investigaciones prácticamente obligaron a los médicos del NCI a crear alguna teoría que fuera creíble y que los beneficiara
No hay comentarios:
Publicar un comentario